En España hay 3.528.221 personas con alguna discapacidad, lo que supone una tasa global de prevalencia del 9%, según datos del Observatorio de Discapacidad y Mercado de Trabjo de Fundación ONCE, Odismet. Si ampliamos el foco, y con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente más de mil millones de personas de todo el mundo viven con algún tipo de discapacidad. De ellas, casi 200 millones presentan dificultades considerables en su funcionamiento, lo que deviene en múltiples grados de discapacidad, y por desgracia, esa cifra está aumentando, debido al envejecimiento de la población y al aumento de ciertas enfermedades crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los trastornos de la salud mental. Tal vez conoces algunos otros datos que lastran la calidad de vida del colectivo, como el hecho de que, incluso en muchos países desarrollados, las personas con discapacidad presentan peores resultados académicos y unas tasas de desempleo más altos que el resto de población. Pero lo que queremos compartir contigo en este post son algunas curiosidades que quizás te resulten interesantes para conocer esta realidad un poco más en detalle.
El suelo podotáctil
¡Menuda palabra! ¡Podotáctil! Una superficie podotáctil, o banda de vigilia de vigilancia, o suelo podotáctil, es una superficie antideslizante con una textura en relieve, que facilita ser reconocida por los pies o el bastón de aquellas personas a las que se dirige (ciegos y con deficiencia visual). ¿Recuerdas esas bandas amarillas en el límite de los andenes del metro? Son bandas podotáctiles. También se colocan en paso de peatones o cubriendo el piso de algunos lugares públicos para indicar un peligro: un obstáculo, la salida de una zona protegida (principalmente en aceras o paso peatonal al ingreso de peatones, y en el borde de los andenes de vías férreas), un cambio de nivel en bordillos o cordones, uno o más pasos de escaleras, etc.)
Ojo con las (falsas) plazas rayadas para motos
Los aparcamientos reservados para personas con movilidad reducida están claramente indicados, tanto por el color azul que cubre su espacio en el suelo, como por las placas identificatorias que las franquean. Sin embargo, junto a estas plazas suele haber espacios rayados en los que es habitual ver aparcadas motocicletas, ya que el aparcamiento para este tipo de vehículos suele tener un grafismo similar. Pero: ojo. Estas zonas rayadas junto a las plazas reservadas para personas con discapacidad son márgenes necesarios para que los usuarios con movilidad reducida puedan acceder sin problema a sus vehículos. Deben estar, por tanto, libres siempre.
Los colores del bastón de los ciegos
Piensa por un momento en un bastón que ayuda a un ciego a desenvolverse con soltura por una ciudad o un pueblo. Es blanco. Pero no siempre. Un bastón enteramente negro o blanco son símbolos universales de la discapacidad visual. Sin embargo, un bastón verde nos está informando de que la persona que lo usa tiene baja visión, pero no ceguera completa. Hay otra posibilidad, el bastón blanco con franjas rojas, que nos indica que su usuario(a), además de ceguera, tiene sordera. Es una persona sordociega.
Sé respetuoso con la silla de ruedas
Cualquier contacto entre cuerpos es una interacción social, voluntaria o fortuita. A este respecto, conviene saber que las personas usuarias de silla de ruedas la entienden como una prolongación de su cuerpo, y como tal hay que respetarla. ¿Por qué comentamos este hecho? Porque hay quien tiende a apoyarse en ella, o a cogerla sin aviso previo con nobles intenciones, lo que puede desequilibrar a su usuario. Pregunta primero, si quieres echar una mano. Tal vez necesite ayuda, pero quizás pueda hacerlo solo. ¡Ah! Una cosa más: ¡recuerda que no todas las sillas son plegables!
A veces, una discapacidad es una ventaja laboral
Cualquier persona con discapacidad puede desempeñar cualquier tarea, basta un pequeño apoyo que haga accesible su tarea. Sin embargo, hay ocasiones en las que la propia discapacidad es destreza. ¿Sabías que el ejército de Estados Unidos emplea específicamente a personas daltónicas para que identifiquen colores camuflados difíciles de encontrar para quienes tienen visión normal?
Estoy trabajando, no me distraigas
Sí, los perros guías son admirables. Si los animales de compañía, por lo general, despiertan nuestro interés más afectuoso, los que sirven de ayuda a personas ciegas o con problemas visuales lo hacen con mayor intensidad. Nos conmueven. Pero recuerda que están «trabajando» y no deben despistarse. Los perros guía están entrenados para ignorar las distracciones que los rodean y centrarse únicamente en las necesidades de sus dueños. Así que no pienses que son perros ariscos, pero evita acariciarlos, silbarlos, llamar su atención. En ocasiones, el perro guía es quien le evita a su dueño una tragedia. Ah, y no, no saben «leer» los semáforos. Pero… ¡quién sabe!
Discapacidad y enfermedad no son sinónimos
Aunque con cierta frecuencia utilizamos ambos términos indistintamente, «enfermedad» y «discapacidad» no son lo mismo. Si bien son dos conceptos estrechamente vinculados, parece darse por sentado que la segunda no es más que una consecuencia de la primera, y no siempre, ni mucho menos, sucede. Por ejemplo, una persona con soriasis tiene una enfermedad, pero no una discapacidad; por el contrario, una persona con sordera presenta una discapacidad, pero no está enferma.
Y aquí terminamos este post, recordándote que puedes contactar con nosotros para despejar cualquier duda, basta con quien nos escribas (blog.inserta@gen.fundaciononce.es)