El Grupo de Consultoría Autista (GCA) del Proyecto Rumbo propone la creación de «salas de baja estimulación sensorial», los llamados 'espacios de la calma', como elementos clave para que las personas con autismo disfruten de entornos comunes, como empresas, de manera que puedan encontrar un momento de tranquilidad para retomar sus cometidos laborales .
Según explica Autismo España, estos espacios son «salas tranquilas donde cualquier persona que lo necesite puede tomarse un tiempo para relajarse».
Muchos espacios públicos y privados siguen siendo entornos hostiles para el colectivo. «No tienen en cuenta las características y necesidades sensoriales, pues cuentan con luces brillantes o fluorescentes, ruido, aglomeraciones, olores intensos, etcétera», aseguran estos expertos, que recuerdan que el beneficio de tipo de espacios incluye a cualquiera que necesite descansar.
El GCA recomienda que estos espacios estén insonorizados, iluminados de forma tenue, pintados de colores neutros y equipados con un mobiliario cómodo y minimalista. Si se quiere crear un entorno altamente receptivo para las personas autistas, incorporarán objetos sensoriales antiestrés; elementos para sentarse cómodamente (cojines, pufs); materiales táctiles agradables como algodón, lana, terciopelo...; masajeadores, e instrumentos canceladores de ruido, como unos tapones o cascos.
El aforo debe ser también limitado, prosiguen, sin exceder la presencia de siete personas a la vez. Además, aconsejan que la duración de la estancia en estas salas esté en torno a 20 minutos, con la flexibilidad que cada persona requiera.
Disponer de una sala en las empresas, o un espacio que cumpla estas funciones, puede resultar altamente beneficiosos para todos los trabajadores. Si tienes alguna duda sobre este asunto, nosotros te ayudamos, escríbemos a: consultas.inserta@fundaciononce.es